lunes, 27 de diciembre de 2010

HERIBERTO PALACIO SAENZ: Memoria y ejemplo de un líder


Por: Albeiro Giraldo Giraldo

El 5 de agosto de 1921 las montañas El Tablazo vieron nacer a quien sería uno de sus más recordados líderes: Heriberto Palacio Sáenz, gran ciudadano, padre de familia ejemplar, hombre multifacético que entregó su vida al trabajo y a la comunidad, un verdadero ejemplo para la ciudad.

Casado con doña Cruzana Zuluaga Tangarife, fue padre de 13 hijos, seis mujeres y siete hombres, que fueron su mayor felicidad.

Hijo único de una familia humilde, estudió sólo hasta cuarto año de primaria, la situación económica lo obligó a dejar la escuela.

Muy joven, recogía la leña que luego vendía en Rionegro, de regreso, traía en bestias viajes de papa, maíz o frijol hasta el sitio conocido como La Bodega, donde llegaban los carros que viajaban para Medellin, esto le generaba algunos pesos para el sostenimiento de sus padres. Aprendió la agricultura a los 12 años trabajaba hombro a hombro con los aguerridos jornaleros de la época, en sus inicios dedicaba doce horas del día a los cultivos.

Ávido de conocimiento el joven Heriberto, aprendió la construcción, llegó a ser reconocido como una gran oficial, además de casas y demás obras civiles, las construcciones más grandes en las que participó fueron, una infraestructura construida en el Río Negro junto a la Represa de la Fe, para medir su caudal durante diez años como parte de un estudio hidráulico y el puente de la Arcadia sobre el Rio Negro, en El Retiro.

Heriberto Palacio fue pionero transportador de Rionegro, a los 18 años compro una carretilla de bestia para traer de Rionegro los víveres para la única tienda que existía en el Tablazo pero pronto desistió de esta empresa.

En 1942 y con un grupo de nueve amigos compró un camión nuevo para transportar carga y pasajeros de Rionegro a Medellin, más adelante adquirieron la casa donde viviría su familia toda la vida, allí guardaba la carga y era el sitio donde los pasajeros esperaban el transporte.

Ya después de su matrimonio en 1950 abandonó la construcción y regreso de El Retiro al Tablazo, compró a sus socios los derechos que tenían ya sobre varios vehículos y la casa, además continuaba sus negocios de agricultura y ganadería.

Heriberto Palacio fue un líder entregado a la comunidad, muchas de sus obras sirven para el disfrute de los tablaceños que gracias a su trabajo tienen hoy mejores condiciones de vida.

En 1960 con otros vecinos y amigos fundaron la junta de acción comunal de El tablazo, una de las primeras del departamento.

Tal vez su mayor dolor fue la muerte de su hijo Francisco quien perdió la vida en un accidente, después de manipular junto con otro niño vecino, una caneca de gasolina dejada en su casa por una brigada de salud dental que la misma Acción Comunal había traído, según sus propias palabras este fue “un diezmo de un valor incalculable, porque la vida de un hijo no tiene precio, esto fue una prueba que dios me dio por servirle a la comunidad”.

Sus principales logros fueron también, logros de la comunidad, junto con otros Tablaceños gestionó la construcción de la carretera y su posterior pavimentación, el colegio, el restaurante escolar el acueducto y la planta de tratamiento, el alcantarillado y en general la dotación de los principales servicios públicos en su vereda, Esta acción comunal con su orientación participó en la creación del Instituto técnico de Rionegro.

Don Heriberto ejerció un liderazgo político admirable, fue el primer campesino que ocupó una curul en el concejo municipal de Rionegro, tribuna desde donde impulsó el progreso de la ciudad.

Heriberto Palacio fue un hombre devoto dedicó mucho esfuerzo a su iglesia y su adoración a la “chinca” como llamaba cariñosamente a la virgen de Chiquinquirá, fue un guardián de su imagen en la iglesia del Tablazo, en su época florecieron la fiesta patronales que fueron famosas en esta vereda.

Heriberto Palacio dejó sin duda un surco marcado en el camino para los Rionegreros que hoy quieren orientar la ciudad, su entrega a la comunidad, su fe y su tesón son un ejemplo digno de un verdadero líder , de alguien para quien el bienestar común estaba por encima de todo orden.

Su memoria es una luz que guía y seguirá guiando a sus amigos, hijos y nietos que hoy ven en su legado un patrimonio, de crecimiento espiritual, paz, armonía y bienestar para todos.